Bole, yo estuve ahi!!!

Buena tema, que no tiene una única respuesta. Primero, decir que el diseño gráfico no consiste en dibujitos y colorines gratuitos, sino que el buen diseño gráfico ha de tender a que el máximo de información se lea con el mínimo esfuerzo (esfuerzo es pasar páginas, pero esfuerzo es también cualquier gimnasia a que se obligue al ojo: cambios de tamaño / color de letra, letra demasiado pequeña, exceso de grafismos / dibujos / manchas...) como en un buen vino, no existe el 10 sobre 10, pero en el equilibrio está el buen camino...

Lo de las cartas de vinos depende en gran medida del nivel cultural acerca del vino de que disponga el ususario (los habrá muy puestos y menos puestos en el tema). El mayor ";nivel cultural sobre el vino"; del que he visto que participa una sociedad, ha sido en borgoña. Recuerdo que en una simple tasca te servían el vino en la barra con una especie de papelito insertado en el tallo de la copa con un patrón de ficha de cata para que uno apuntara qué y cómo era lo que había bebido. Hablo de una barra de un bareto corriente, claro, que era en Beaune. Por aquella zona, en un pueblo (que ahora no recuerdo) literalmente 5 casas, la carta del restaurante eran ¡2 enoooormes álbumes fotográficos! (uno de tintos y otro de blancos) en los que en lugar de un montón de literatura, lo que había era la etiqueta del vino (puesta bajo el celofán, como una foto), allí ya estaba todo, productor, cru, añada... y al lado, a lápiz, el precio. A veces estaba hasta la foto del elaborador o del pago !!

Yaque esto no es la Borgoña... (de momento) ¿por qué no poner 2 cartas de vinos?
---> una simplificada (incluso con sólo los vinos más conocidos, y con mayor rotación, más visual, y con menos información)
---> y otra lo más completa posible, con cepas, bodega, elaborador... etc.

Se le ofrece la sencilla al cliente y se le informa de que dispone de otra para conocedores. Además desde el punto de vista del marketing, esto es positivo ya que a muchos les halagará ser tratados como conocedores, lo que a la postre conduce a interesarse más, dejarse aconsejar e incluso a gastar más y mejor.

Jesus (Norje-PeñaBilbao-)