Aalto tocando el cielo en Finlandia

Comentando con un cuñado de mi mujer sobre vinos, me dice que Aalto es ahora casi ensalzado en Suomi y parece que ciertas coincidencias con la obra de Alvaar Aalto ha sido uno de los leif-motiv de la bodega, interpretaciones aparte,-yo hablo sólo de mi propia impresión-, pero el arquitecto, que es un gurú en el ambiente cotidiano de la vida finesa, puede haber marcado influencias, en fin...
Las reflexiones que me vienen ahora sobre AA, la curva y la línea, es como reflejar el agua y el hielo en el entorno de un finés. La madera y la arista, misticismo escandinavo, leyendas sagas, y los remansos del lago donde flota ese corcho que dejé en el chambel de los niños, o aquel recuerdo que nos lleva al otro lado de la casa de Swann (Por el camino de Swann), o el año pasado en Mariembad: cualquier cosa aquí es quietud. No me extraña que la arquitectura de Alvaar sugiera estructura en un vino, las atmósferas y espacios que permiten en la elaboración reflejar en su paso por boca sensaciones que nos remiten aguatintas y las magias de los bosques, con sus bayas, flores y hojarasca...Como Axel Callén, con cierta idea suspendida de un concepto que es tradicional en estos lares, lo interior de la vida, el vino como calor, una bebida íntima.

Me falta la documentación periodística de este reportaje que comento, ya la he pedido y espero que no esté perdida; pero a lo mejor la bodega sabe algo. Yo probé este vino, que vino de la mano de Juan Such y me lo llevé a Finlandia, en ese espacio que es el verano nos lo bebimos...

Hablo exclusivamente con una idea que me produce un trago de esta noticia, pero la veo muy bonita...como cuando creamos una nota sobre el vino que amamos.

Visto desde esta perspectiva de alisios y canícula que tenemos en las islas
me vienen los versos de Félix de Azua ( Poemas de la farra):

.. La tarde es un lagarto que se arrastra
con los ojos cerrados y media lengua fuera.
Las arañas se mecen en el seto de boj
como piedras preciosas en un esmalte verde...

Salud
Pedro