Encuentro de abogados con viticultor.

Aunque el enunciado sea raro, de hecho expresa de forma amplia el encuentro en un restaurante prioratino de catorce personas dispuestas a comer bien y a beber mejor, de estas catorce, cinco eran abogados y sendas esposas y solo uno, solo uno, viticultor.
Me ";obligaron";, jeje, como siempre, a escoger los vinos, y de hecho así lo hice, como siempre, teniendo en cuenta que eran, algunos, buenos aficionados a este mundo, y la mayoría, riojeros de PRO.
Escogí tres segundas marcas, por aquello de que pagaba otro, y nunca se ha de abusar, busqué el punto seguro, sin riesgos, porque no quería fallar y menos con semejante tropa de elementos, capaces de discutir horas y horas sobre cualquier cosa y dejarte en pañales a la hora de defender el vino del Priorat:
puse sobre la mesa un Mas d´en Compte tinto, un Terrasses y un Martinet Bru, todos de añada 2000. Pensé, a priori, que se decantarían por Terrasses, pero NO, el vencedor absoluto fué el Martinet Bru, un vino que en su primera aparición se mostraba duro, alcohólico, potente, con una gran estructura, y que con el paso de los meses, conserva esa estructura de gran envergadura, está algo más amable, pero continua siendo expresivo, negro, azabache, casi cruel...???- En fin, que quizás su nariz fuera la más profunda y expresiva, pero todos se apuntaron el nombre de la botella y la bodega...!!!
Está claro que sobre gustos los colores.