Un paseo por Nueva Zelanda

UN PASEO POR NUEVA ZELANDA           

El pasado viernes, 9 de febrero, catamos en la Asociación Amigos de la Vid y el Vino una representación interesante de vinos neozelandeses de distintas zonas de producción

Era la primera cata temática a la que yo personalmente asistía de vinos exclusivamente de Nueva Zelanda.

Como curiosidad: ¡no catamos ninguna Sauvignon Blanc! El 60% del vino que se produce en NZ corresponde a esta variedad blanca, pero a nosotros nunca nos ha gustado el camino fácil.

El primer vino que catamos corresponde a la zona de Central Otago, es una zona interior, en la zona sur dentro de la isla sur, con microclima continental, tiene veranos calurosos y secos, otoños cortos y frescos. El suelo son terrazas glaciales con loess ligero de drenaje rápido y algo de grava, en general sobre esquisto erosionado con cantidades variables de caliza y arcilla.

Felton Road Bannockburn Riesling 2020

Trabajos manuales en la viña, fermentando con levaduras indígenas, realizan una parada de fermentación por frío y dejan un azúcar residual de 56 g/l.

El vino tiene apenas 9%, muy buen equilibrio entre la parte dulce y una acidez vibrante, tiene notas de hidrocarburo, fruta de hueso (melocotón, albaricoque).

No es mi perfil de vino preferido aunque está muy bien hecho, el azúcar presente resulta agradable en la primera copa pero puede cansar para repetir. Me gustaría probarlo con comida oriental picante para ver el maridaje.

En el segundo vino nos vamos a Auckland, ubicado en la isla norte. A principios del siglo XX se establecieron familias croatas que se dedicaron al vino como los Brajkovich de Kumeu River, aquí se elaboran Chardonnays que nos recuerdan a algunos borgoñas blancos.

Las nubes, en esta zona, moderan lo que sería una luz solar excesiva y aportan unas condiciones de maduración estables con las brisas oceánicas de la tarde. La lluvia en la época de vendimia y la podredumbre, representan un problema.

Kumeu River Mate’s Veneyeard Chardonnay 2021

Tiene 11 meses de barrica y un grado alcohólico de 13º, una parte de los racimos se prensan enteros (con raspón), la fermentación se realiza en barricas con levaduras autóctonas, el vino efectúa la Fermentación Maloláctica al 100%. Maté Brajkovich compró un viñedo en 1944 pero no fue hasta 1990 que volvió a trabajar sus tierras y replantar viñas.

La nariz es muy potente, destacan los tostados de la barrica, una parte especiada y algo de melocotón maduro. En boca tiene muchísimo cuerpo, muy untuoso pero me molesta un poco la intensidad de la madera, tiene acidez pero me cansa algo la cantidad de madera. Me hubiese gustado probar este vino sin maloláctica o esta misma botella dentro de 10 años.

Es posible que recuerde a ciertos borgoñas blancos jóvenes con exceso de madera.

Vino enorme que me resulta algo pesado en el momento que está actualmente.

En el tercer vino visitamos la Zona de Nelson, concretamente Moutere Hills, con suelos arcillosos. Nos situamos en la isla sur, justo al norte, en la bahía de Tamanía. En esta zona se dan sauvignon blanc frescos y herbáceos, chardonnays y pinot noirs muy ricos y blancos aromáticos sobre todo de Riesling y Pinot Gris.

Neudorf Moutere Chardonnay 2020

La nariz de este vino es una delicia. Muy delicado, combina perfectamente una parte de frutas tropicales, con notas lácticas, apenas tiene presencia la madera pero se notan especias dulces y algo de fruta blanca (pera). Mucho más ligero y sutil que el vino anterior.

En boca da mucho juego, una chardonnay reconocible, con una buena acidez a pesar de haber realizado al 100% la maloláctica.

Para disfrutar en cualquier momento, una gozada.

Ahora nos vamos a la zona de Hawke’s Bay, en Gimblett Gravels. Esta zona es la más antigua de NZ, la plantaron los misioneros maristas en la década de 1850. Actualmente es la segunda región vinícola más grande del país.

Hay una variedad de suelos notable: ricos suelos aluviales y de grava, menos fértiles y su distribución se extiende de las montañas al mar. El limo, las margas y la grava poseen diferentes capacidades de retención del agua.

Numerosas cepas de Cabernet se han injertado en Syrah. Tres cuartas partes de todas las vides de Syrah del país se encuentras en los suelos pobres de Hawke’s Bay y la mayoría de años maduran bien.

Te Mata Bullnose Syrah 2018

Vino que se elabora de los mejores viñedos de la bodega, parcelas cultivadas con una agricultura tradicional y sostenible. Cada parcela se despalilla por separado y pasa por una fermentación y maceración prolongada a temperatura controlada. Tiene una crianza de 15 meses en barricas de roble francés nuevas y usadas. Finalmente se clarifica con claras de huevo antes de embotellarse.

El nombre Te Mata Bullnose es en honor a un automóvil Morris Cowley cuyo apodo, Bullnose, se debía a su gran radiador. Una metáfora que muestra la potencia, concentración e intensidad de este vino.

En nariz tiene mucha intensidad, tiene notas cárnicas, una parte de aceituna negra, fruta negra madura. Mucha concentración e intensidad. Para valientes y amantes de la Syrah poderosa… a mi me convence.

En boca vuelven todos los aromas que nos encontrábamos en nariz, el tanino que tiene es pulido a pesar de tener peso, está vivo, no cansa. Tiene un punto amargo final y el retrogusto es largo.

Es una syrah de libro y la podría confundir con algunos vinos del ródano.

En el siguiente vino viajamos a la zona de Canterbury, en Waipara Valley, esta zona está protegida de los vientos del este por las colina de Teviotdale. Los alpes del sur, al oeste, también contribuyen a esa protección. El suelo es de marga calcárea con arcilla y depósitos calizos.

Catamos una bodega pionera en la zona.

Pegasus Bay Pinot Noir 2019

Tiene una nariz floral muy atractiva, delicada, fruta roja (granada), hojas secas, parte especiada, fresa acida. Es un gusto, volver de vez en cuando, a mover la copa. No cansa.

En boca es muy suave, con un tanino muy pulido, cierta parte golosa. Se disfruta de principio a fin, vuelven los recuerdos de fruta.

Vino peligroso por lo fácil que resulta, debería poner en la etiqueta que puede causar adicción ;).

En el penúltimo vino nos vamos a Wairarapa, en Martinborough. Esta es la zona más prometedora para la Pinot Noir en Nueva Zelanda. Gracias a las montañas al oeste, los otoños de Martinborough son los más secos de la Isla del Norte lo que le otorga la posibilidad de elaborar algunos de los pinot noir más intensos y borgoñones.

Craggy Range Te Muna Road Single Vineyard Pinot Noir 2019

Tiene una nariz muy elegante, un punto golosa, notal balsámicas y fruta roja. Floral y especiado (pimienta y clavo) con un punto de madurez justo.

En boca es contundente, una pinot noir con pesos, notas de fruta fresca, recuerdos balsámicos y final goloso. Cereza roja y moras con un tanino sedoso.

Disfrute de vino, el que más me gustó de la cata.

Para acabar volvemos a Central Otago. A probar un Pinot Noir:

Felton Road Calver Pinot Noir 2020

Esta bodega tiene 32 ha de viñedo en propiedad, trabaja en biodinámico. El suelo es de limo profundo y loess en la superficie. El viñedo está rodeado de altas montañas donde se combinan días calurosos y noches frescas, se deja un 20% de racimos enteros sin despalillar, 17 meses de barrica (30% nuevas), no se clarifica ni se filtra.

En nariz tiene notas de fruta negra, toques especiados y fondo terroso.

En boca está muy vivo, el tanino está presente pero no molesta, una textura mineral, deja una sensación de frescura.

Los tres últimos vinos de Pinot Noir tienen un nivel muy alto y los precios, de momento, se pueden pagar.

Me ha encantado descubrir las distintas zonas vinícolas de este país. Aún me quedan muchas cosas que probar pero para abrir boca ha sido un autentico lujo.