No parecía el mismo vino el Lizana 2004,

4 respuestas
    #1
    Jilguero

    No parecía el mismo vino el Lizana 2004,

    Ayer me acabé la botella del vino de la cata. Tras tenerlo varios días cerrado con el taponcillo típico de sacarle el aire a la botella me sorprendió muchísimo el cambio que había dado el vino.
    Ni rastro de los barnices originales, más amable y mucho menos alcohólico. Me gustó mucho más, tanto que me terminé la botella con unas sepias con salsa de tomate y pasas que me encanta teniendo otro vino ya preparado. ¿Puede ser que al haberlo entregado el transportista la tarde del mismo día de la cata el viaje no le hubiese sentado demasiado bien? Se nota tanto en un vino abrirlo tras un viaje (bastante meneadito supongo que fue el de la botella en cuestión…)?
    Supongo que no todo el mundo se “cepillaría” la botella en mismo día y la “remató” otro día posterior, no? Alguna experiencia similar??

    Salud os,

    Alberto

    #3
    calisto
    en respuesta a Jilguero

    Re: No parecía el mismo vino el Lizana 2004,

    Ver mensaje de Jilguero

    Yo no pude participar en la cata y lo tomé ayer con mis suegros , la verdad es que jugué con ellos a que me dijeran procedencia, lo divertido es que ellos son de Alicante, y no se acercaron para nada. El vino me pareció muy bueno , distinto de lo que se hace por Alicante , no me pareció nada alcohólico , estaba muy ensamblado y voló completamente en la comida. Espero tener oportunidad de repetir para tener mas elementos de valoración.

    #4
    Jilguero
    en respuesta a calisto

    Re: No parecía el mismo vino el Lizana 2004,

    Ver mensaje de calisto

    Efectivamente, más ";ensamblado"; me lo encontré yo después. En mis notas de cata creo recordar algo acerca de un poco ";desectructurado";.
    Me alegro de que te gustase.

    Salud os,
    Alberto

    #5
    Truk2
    en respuesta a Jilguero

    Re: No parecía el mismo vino el Lizana 2004,

    Ver mensaje de Jilguero

    En casa tenemos por costumbre no abrir una botella hasta por lo menos dos semanas después de pasar por la puerta porque tenemos comprobado que con los traslados el vino necesita de un tiempo para estabilizarse.

    A las botellas de las virtuales no acostumbra a pasar este tiempo a causa de la poca antelación con la que llegan.

    No obstante, no es la primera ocasión en que nos ocurre algo semejante a lo que describes. Incluso, recordamos que durante la misma virtual, suponemos que a causa de la oxigenación, desaparecían rasgos del amargor inicial.

    Y, efectivamente, al día siguiente también nos gustó más que durante la cata.

    Salut,

    Elena i Josep
    :) :)

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