Gastronomía Argentina

Me encanta saber que hay gente que quizás me comprende y comparte algo de mi moméntum crítico... Recuerdo lo que dijiste y, en efecto, dejaste muy claro que para ti era cuestión de ir caso por caso, no englobando en nacionalidades y en base nacionalismos.

Hace como un mes hice una búsqueda en Google tratando de encontrar un viejo artículo mío sobre un libro de Slavoj Zizek. Puse mi nombre ";+"; otro par de criterios. Muy para mi sorpresa, entre los primeros ";hits"; me salió un foro de discusión de Clarín en el que se comentaba sobre la ";saña"; con la que había arremetido contra los ";vinos nacionales"; argentinos. Lo cómico es que calificaban mi opinión como ";española";, algo que está a años luz de la realidad, pues soy cubano, aunque a decir verdad ejerzo poco de ello.

Más cómico aún era que me atribuían ";aconsejar echar los Catena por el fregadero"; o algo así, cuando en realidad yo solamente ocntaba que tal había sido mi curso de acción ante lo horriblemente enmaderados, melosos y alcohólicos que me habían resultado algunos de los vinos argentinos que probara (no solamente de Catena). Había narrado lo que hice, que no era lo mismo que exhortar a nadie a imitarme. Pero a uno lo interpreta la gente como le da la gana...

Me hubiera gustado poder responder a esa gente en su propio foro, pero nadie se molestó en ocntactarme para decirme que había ";escándalo"; por allá abajo.

El caso es que no me cabe la menor duda de que en Argentina habrá gente haciendo vinos buenos, honestos, que reflejan su terruño y tienen verdadera personalidad--la suficiente ocmo para viajar por la vida sin maquillaje. En California conozco algunos productores cuyos vinos me han sorprendido (pienso en Lane Tanner, Steve Edmunds de Edmunds-St. John); igual en Australia. Y no descarto que algún día encuentre un priorato que me dé ganas de ocmprarlo por cajas. Todo es posible. Pero no puede uno casarse ocn ninguna nacionalidad como garantía de calidad. Hay que ir vino a vino.

M.