Peter Sisseck en Marbella: ¡Una tomadura de pelo!

Tanto el Pingus como su flor son grandes vinos, eso, nadie a estas alturas, puede ponerlo en duda, y hay que felicitar a su autor por este logro. Aclarado de ante mano este punto, vamos al tema que nos ocupa, o mejor dicho, nos PREOCUPA.

Vivimos en la era de la información y todos los amantes de la Cultura vitivinícola solemos acudir a multitud de ferias, congresos, simposiums y demás encuentros del sector, con la determinada intención de ampliar nuestros conocimientos, pese al esfuerzo, tanto material como saludable, que esto supone, en muchos casos. Con este fin y mucha ilusión, pusimos rumbo a Marbella para asistir al II Simposium Internacional del Vino organizado por el CIEM.

La primera ponencia, (esperada con gran expectación), a cargo de Alvaro Palacios fue sustituida por enfermedad del mismo. ¡Que le vamos a hacer… causa de fuerza mayor! Sustitución a cargo del organizador del evento, Pancho Campo (candidato a Master of Wines y gran comunicador), quién, como buen director de orquestación, cogió la “batuta” y nos entretuvo con un tema tan interesante como candente: “La necesidad de motivar al consumidor joven en el consumo de vino”.

Del resto de esta jornada, ya hablaremos en otro momento. Pasemos a la primera ponencia del día siguiente: “El papel perdido de los pagos de España” a cargo del no menos esperado Peter Sisseck.

Hay que recordar, hasta la saciedad, que, ya seamos enólogos, enóforos o sencillamente enófilos, cada minuto de nuestro tiempo vale su peso en formación e información, por ser éste, un peso intangible mucho más valioso que el oro en si, y es, absolutamente INADMISIBLE, que el Sr. Sisseck, por muy “gurú” que se autodenomine o por mucho que apunte al cielo cuando camina, nos considere a todos tan sumamente incultos, que es capaz de basar toda su intervención en explicarnos el origen del vino, los fenicios, los romanos, Noé, y la Biblia en verso…

Señor Sisseck, cuando uno se interesa por la cultura vitivinícola hasta el punto de desplazarse desde cualquier lugar del mundo para oír la ponencia de un experto en vinos, no es nada elegante hacerle perder el tiempo de una manera tan descarada.

Si usted no está capacitado para hablar en público, si un micrófono le pone nervioso, si no tiene NADA interesante que aportar, deje que desempeñen esta función los que saben comunicar, entre otras cosas PASIÓN por el mundo del vino y su cultura sin aburrir al personal.

Cuando uno se atreve a dar una conferencia sobre los “Pagos” españoles, como mínimo, debería prepararla un poquito y aportar datos concretos y contrastados; y si uno no es especialmente elocuente, siempre le queda el recurso de subrayar la teoría con cierta humildad y una buena dosis de generosidad, como lo hizo, en la parte que le correspondía, el gran Marcos EGUREN, a quién todos aplaudimos largamente con énfasis por su honradez y la cata de sus vinos.

Sr. Sisseck, siga elaborando vinos de calidad, y si insiste en dar charlas, le recomiendo que tome algunas clases de logopedia y expresión, pero por encima de todo, le recomiendo que calibre el contenido de la información que pretende aportar, antes de tomar el pelo nuevamente a sus oyentes.

Un saludo. Mª Luisa Martín.