Felicitando a los merecidamente premiados y nominados, no puedo sino sentir

Felicitando a los merecidamente premiados y nominados, no puedo sino sentir cierta tristeza ante esta nueva exhibición de tintocentrismo. A mi me hubiera gustado ver a alguno de los relativamente nuevos grandes blancos españoles -pienso en Do Ferrereiro, As Sortes, por ejemplo- por no hablar de las rompedoras novedades en vinos dulces, como son los estupendos vinos que Jorge Ordoñez está haciendo en Málaga. Jerez y Montilla no merecen estar ni siquiera nominados ni en vinos ni en bodegas. También me resulta francamente frustrante que los esfuerzos de bodegas con aliento renovador como Tradición, Rey Fernando de Castilla, Emilio Hidalgo o el Maestro Sierra no merezcan más atención. Por no hablar de magníficas realidades consolidadas durante décadas, y algunas siglos, como son Alvear, Pérez Barquero, González&Byass, Valdespino, Osborne, Caballero, Barbadillo, Hidalgo-La Gitana, Pedro Romero etc.

Lo dicho: los premiados y nominados, bien nominados y premiados están. Pero si nos quedamos con éso como una representación fidedigna de lo que es el vino en España, apaga y vámonos.