Gran día ayer, en Huesca, en lo que va siendo una reunión habitual de amantes

Gran día ayer, en Huesca, en lo que va siendo una reunión habitual de amantes de los viejunos. Hubo mucho, y de todo. Procedo a anotar los más relevantes y unas breves opiniones al respecto:

1) Don Perignon 1975

Algo cansado, cosa que podía esperarse de una botella con una merma ya un tanto acusada. Nariz de humedad y no excesivos registros. Por supuesto, sin carbónico alguno. Boca sin embargo interesante y con un carácter claramente vinoso. Fue reemplazada por un Gran Siècle sencillamente espectacular.

2) Tondonia Blanco Gran Reserva 1981

Espectacular. Maravillosa botella con una nariz de escándalao y una boca juvenil por la que no pasan los años. Aguantó la decantación sin inmutarse. Cambiante y siempre creciendo. A buen seguro -y estamos a principios de febrero-, será uno de los 3 grandes vinos blancos del año para mi, sino el primero.

3) Tondonia 1947 Gran Reserva Tinto

Botella un tanto preocupante, pero que cumplió. Buen color y capa. Nariz correcta, aunque algo corta. Mejor en boca, con un nivel de registros medio y muy aceptables para su edad.

4) Ygay Gran Reserva 1942

De él se ha dicho todo. El mejor Ygay de la historia, y con razón. Descomunal.

5) Rioja Alta 1904

Increible color y capa para nada más y nada menos 117 años. Nariz clásica de los RIoja Alta, con algún leve recuerdo de fruta muy compotada. Perfectamente bebible con una buena permanencia. Muy elegante.

6) Rioja Alta 1890

Mi primer vino (tranquilo) del Siglo XIX. Prefiloxérico. ¡132 años! Ojo al color, casi picota y sin ocres o tejas. Nariz espectacular en donde solo había clase. Boca llena de magia, en donde solo importaba la emoción. Soberbio.

Hubo más (p,e, un Diamante semidulce reserva de 1964), pero la comida -larga, larga- y la cata -superior- empezó y terminó, para quien suscribe, con los dos Riojas Altas. Una más para el recuerdo.