Cuando el vino sabe a plátano
El sempiterno comentario de algunos ocasionales catadores bisoños que se extasían por la copa de Beaujolais Nouveau que, dicen, ";este año tiene sabor a plátano";.JAJAJAJAJAEste ";sabor a plátano";, a decir verdad harto desagradable, viene en realidad de las levaduras del Instituto Pasteur que los malos productores bien forraditos echan sin ninguna consideración al mosto antes de exportarlo a los cuatro rincones de la Tierra. De ahí que ese tercer jueves del mes de noviembre seas testigo telivisivo de unas desenfrenadas orgías bañadas en infame beaujolais en Canadá, unas deliciosas criaturas japonesas con pintas de geishas zambulléndose con voluptuosidad y sex appeal en lujosas piscinas llenas de esa inmunda bebida, por no hablar de los botellones protagonizados por gamberros parisinos de la peor ralea, embotijados de esa miserable poción. Porque París lo reivindica como suyo, por supuesto.Eso del Beaujolais Nouveau podría ser un acontecimiento simpático y festivo, si no hubiese tanta masificación, si los productores sacasen algo bebible o por lo menos honrado, si no estuvieran interesados tanto por las pelas como por la belleza de la profesión. Lo que es ahora, perjudica la imagen del Beaujolais, daña la reputación del verdadero Beujolais, que es capaz de sacar caldos inmensos (Georges Dubeuf es uno de ellos) que pueden rivalizar incluso con algunos buenos borgoñas o burdeos... o txakoli :))))Eso del sabor a plátano es como... la piel del plátano donde se resbala todo quisque que del vino sabe lo que yo de la reproducción de la mosca en el Amazonas, o sea CERO PATATERO