Jaja, qué malos, luego surgen las rencillas familiares y no nos lo explicamos

Jaja, qué malos, luego surgen las rencillas familiares y no nos lo explicamos ;-). Saber detectar que una botella está rellenada, muchas veces no es nada fácil y a mí desde luego no me gustaría pasar por ese trance. Otra cosa distinta es catar a ciegas, ahí sí que es cuando el vino se la juega de verdad y los mejores son los que corren más riesgo de salir malparados. En casa tenemos copas negras y a veces con amigos vamos sirviéndolos sin decir lo que es. No veas las complicaciones para intentar adivinar ya no sólo variedad o añada, sino para apostar si se trata de un tinto o un blanco. Hicimos hace tiempo la prueba con un Tondonia Rosado y la gente flipaba en colores.