Los vinos de Borgoña no están en peligro, lo único que está en peligro es que

Los vinos de Borgoña no están en peligro, lo único que está en peligro es que los curritos podamos seguir bebiéndolos porque cada vez están más caros.

Que hay un cambio climático es un hecho, pero no nos engañemos, es un proceso lento y con el que ninguno de nosotros vivirá lo suficiente como para poder certificar, pero está claro que existe un aumento de las temperaturas medias y por tanto cosechas cada vez más avanzadas y vinos de mayor grado y menos acidez, aunque no siempre depende del clima sino igualmente de la intervención humana.

Este aumento de las temperaturas está consiguiendo que se produzca vino donde antes era impensable, por ejemplo en el sur de Gran Bretaña, pero está logrando igualmente que zonas tradicionalmente frías y en las que hace apenas dos décadas atrás solo tenían un par de añadas buenas cada 10 años, pues ahora consiguen maduraciones perfectas casi siempre, por ejemplo en Alemania (Mosela o Nahe sobre todo) y el Piamonte. El otro día hablando con Juancho Asenjo, me comentaba que el Piamonte ha salido muy beneficiado por este aumento de temperaturas, pues ahora consiguen buenas maduraciones casi todos los años y rachas de buenas añadas como dese 1997 hasta 2001 o desde 2004 hasta 2009 no se habían logrado nunca en la historia.

En la propia Borgoña sigue habiendo añadas cálidas y frías, por ejemplo entre las primeras 2000, 2002, 2003, 2005, 2006, 2009 y entre las segundas 2001, 2004, 2007, 2008, 2010 y 2011, lo que pasa es que en estas dos últimas se ha reducido la producción por meteoros adversos y los precios están subiendo excesivamente. Y luego está el desastre del 2012, claro, habrá buen vino pero muy poco.

Borgoña fue, sigue siendo y seguirá siendo el paraíso de la mejor pinot y chardonnay del mundo, de eso no tengo ninguna duda. Lo que tengo más dudas es de si podremos seguir disfrutando de sus maravillosos vinos. Intentarlo, lo intentaremos.