Artadi Pagos Viejos 2008
Artadi Pagos Viejos 2008
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Graduación (vol):
14,00%
Varietales:
100% Tempranillo
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 50 a 99,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.08
/
95
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
7,5
ELABORACIÓN
16-18 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés
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Opiniones de Artadi Pagos Viejos
OPINIONES
8

En el momento oportuno de cata, como dirían los recomendadores habituales y seguramente es cierto. El vino en este momento está definido por la elegancia. El postgusto tostado, su recorrido en boca, su tanicidad... son fantásticas, es elegante y distinguido.A mi entender ha perdido cierta potencia frutal que lo harían único y vibrante. Claro, ha ganado equilibrio y redondez--Tofé, fruta roja, muy largo y con un postgusto maravilloso. Finísimos tostados, de Artadi, casi inconfundibles. Una elegante gozada

Rojo cereza intenso con ribete burdeos y capa media-alta. Lágrima abundante y fina.
Nariz atractiva de muy buena intensidad, con aromas iniciales de fruta madura y golosa tirando a confituras rodeada de tonos balsámicos frescos y cremosos, notas de café natural y cacao fino, toffes, especiados (nuez moscada, vainilla, clavo) bien armónicos y tostados elegantes sobre tonos minerales, finas notas de tabaco de liar y cuero viejo. Fondo mentolado con repuntes de flores rojas.
En boca presume de muy buena complejidad, como en nariz, con balsámicos seductores y frutosidad sabrosa, floral, confitura, envuelta en tostados cremosos (café dulce, praliné), clavo, regaliz de palo, olivada, mineral y tabaco rubio. Tambien surgen cenizas y recuerdos de pétalos de rosa marchitas. Recorrido enorme, de gran amplitud y acidez vertebrada, con tanicidad sabrosa y fina. Elegante final de boca, muy persistente, con volumen y postgusto largo y muy complejo.

Decantado previamente unas dos horas. Consumido en, aproximadamente 3 horas más, con lo que el vino fue variando durante su cata.
Vista: picota de capa media alta, con ribete violáceo. Lágrima persistente que tiñe la copa.
Nariz: al principio muchos aromas terciarios: cedro, cafés, vainillas. Durante las horas que lo disfrutamos se mostró muy accesible. Hacia el final de la cata su nariz es ligeramente láctea y más frutal.
Boca: al principio muy suave, excesivamente ligero, no llena la boca, más bien pasa desapercibido y se muestra corto y con un final amargoso. Con el tiempo, esas notas lácteas que se asoman en nariz se confirman en boca y el vino es más frutal.
Para beber.

Picota granate cubierto. La nariz es intensa, con profundidad, hay sensaciones frescas, bien definido, tan floral (violetas, pensamientos, rosas rojas) como rico en matices de fruta roja. En boca ataque con brio, los amargos son notables, el paso está muy bien perfilado, resulta largo y muy atractivo. Un vino con 'magia'... al que algo más de botella le dotará -además- de 'serenidad'....

Soberbio e impactante esta añada, parece recordar a la mítica del 2004. Nariz tendente a la complejidad. Fruta poderosa y de calidad, escarchada , almibarada, magistralmente integrada en maderas sobresalientes, cremosas, avainilladas y elegantes. Café , tofe, humus, bosque húmedo.Se expande y desarrolla , se complejiza en su esencia. Balsámico, coherente y equilibrado, deslumbrante. En boca muestra su juventud, taninos verdes muy vivos que confieren cierta sensación secante. Paso equilibrado, pero muy largo con un psotgusto interminable tostado y frutal. Sin duda mejorará y se pulirá y redondeará en boca. Excelente , pero verde todavía.

Rojo intenso con buena capa y aspecto limpio. Lágrima limpia y abundante.
Nariz expresiva y profunda de frutos negros bien madurados y apetecibles, con un perfil mineral latente en todo momento junto a tabaco, brea, cuero y chocolate negro mentolado. Es balsámico y ligeramente especiado.
En boca es cálido, cremoso y de carácter varietal. Auna frescura frutal con toffes, especiados y confitura negra en un conjunto armónico y seductor, equilibrado y sabroso aunque le falta integrarse. Su recorrido no deja indiferente. Postgusto de buena longitud.

http://www.rtecasablanca.com/blog2/?p=224

Hay productores que tienen magia.

Hace unos días y de forma improvisada, en una cena entre amigos, descorchamos tres vinos de la añada 2.005, por este orden:
Maria Alonso del Yerro
Abel Mendoza Tempranillo
Pagos Viejos de Artadi

Para mí fue un gran placer, para el cuerpo y para el intelecto. Al probar el María Alonso del Yerro, mostró enseguida su “afrancesamiento” en el mejor sentido del término. Sin aristas, redondeado desde la elegancia, mostrando en nariz tras la fruta que aún perduraba, un perfume floral sutil y “rojo”, casi unas violetas, talco y rosas y una boca absolutamente redonda ya. Buen “material”, pero mucha mejor “técnica” todavía.

Con el de Abel subimos un par de escalones, en mi opinión basados en el “material”, la honestidad de un viticultor que sabe hacer vinos, su fruta fresca apabullaba al vino anterior por los cuatro costados. Al contrario que en su Selección Personal, la calidez de la añada aquí estaba totalmente “domada”, un vino de placer puro y duro. Gran “material” respetado por la técnica.

Pero cuando se abrió el Pagos viejos, descubres la magia de la sinergia. Viñedo y Hombre de la mano…”material” y “técnica” del más alto nivel, mostrando toda la “elegancia” del María Alonso del Yerro, pero más, mostrando todo el “material” del Tempranillo de Abel, pero más, con la fruta del segundo pero “sosteniéndose” más al tiempo que “apabullando” menos, con las flores del primero, pero más auténticas, menos de “jardín” y más de “bosque”, porque aquí hay un gran bosque y un magnífico jardinero y por encima de los dos, muy por encima, una mineralidad, una “tierra”, de la que se huele al primer golpe de nariz, aunque a catadoras menos iniciadas y después del Tempranillo de Abel, riquísimo en frutas, les pareciera hermético; cierto, necesitaba un poco de aire (un poco solo), pero su primera nariz ya fue un “ya estoy aquí, pónganse serios y céntrense”

Los que me conocen saben que no estoy haciendo un “ranking” de ganadores y perdedores. Pero sí me parece maravilloso que con solo tres botellas de vino de una añada, pueda resultar (si quieres aprender) una experiencia tan didáctica, puedas extrapolar cada botella de vino con la personalidad de sus autores, sus filosofías…de una forma tan clara y nítida.

Anoche abrí un Pagos Viejos 2.008, recibido hace muy pocos días.

Un vino que ya nace exquisito, con todo por integrar todavía, pero ya dentro de un maravilloso equilibrio. Notas la madera nueva, de la que ya sabes que no le sobra ni un ápice, por supuesto que disfrutas de una explosión de fruta, pero de fruta noble roja y negra, elegante y nunca obscena y una acidez de las extraordinariamente “suyas”, como si ya estuviese integrada, natural. Todo por hacerse aún en botella y todo “hecho” ya….me gusta esa paradoja que solo en productores de la talla de Leroy es posible conseguir.

Un vino que sabes que no va a cesar de mejorar en los próximos años, pero que ya puedes disfrutar de él en su fase incipiente, de los de tener fuerza de voluntad para, si has comprado una caja, no plimplartela en los primeros meses entera.

Juan Carlos y sus Pagos Viejos caminan muy juntos: Naturaleza y Hombre... mágica conjunción para Vinos Grandes.

Este vinazo, con casi 20 años de história, ha interpretado y asimilado como pocos los tumultuosos cambios que ha vivido la zona en estas dos décadas. De Reserva a Cosecha, de más a menos madera, siempre a la ultima pero sin perder su esencia, sin dejar de lado su carácter Riojano, el respeto a lo de siempre.
Este 2008 apunta muy alto. Recién salido del horno ya es un saco de virtudes, algo dominadas por la madera pero nada que unos meses no redondeen. Huele a fruta sana, fresca, jugosa y, lógicamente, a madera de mil leiros barrica, a piedra caliente. Falta integración pero ya llegará. En boca es delicioso, con una fina acidez que refresca el conjunto, sabroso y riquísimo. Larguísimo. A falta de redondeces, una de las mejores añadas de uno de los más brillantes y cambiantes vinos de Rioja.

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