Bueno, comida familiar con final inédito. Ante mí un Rioja clásico, con una edad de... ¡40 años!: Un Prado Enea del 69 (cosecha calificada como normal por el consejo regulador) con un aspecto inmejorable. Ni que decir tiene que la expectación era máxima. Abierto (corcho en muy buen estado) y decantado (media hora de aireacion) con suma delicadeza, nos servimos unas copas de esa joya. Esta fué mi apreciación.
Color rubí brillante con ribetes teja-anaranjados. Media capa. Espectacular de bonito. Aromas de buena intensidad, equilibrado, notas de cuero, torrefactos, anís y frutos rojos en licor...muy agradable. Paso de boca ligero, pulido, acidez bien presente. Invita a beber. Leve persistencia.
En resumen, sin defectos, evolucionado por el paso inexorable del tiempo, pero digno y orgulloso. Ahh..¡Tenemos otra botella en la bodega!