Color rosa muy pálido, limpio y brillante.
La nariz es de buena intensidad, fresca, frutal, fruta roja ácida, notas golosas, fruta amarilla con hueso, toques herbáceos y algo de panadería.
En boca tiene buena entrada, fresco, muy buena acidez, seco, sensación frutal pero también vinosa, de buena estructura, ligeramente amargoso y con un final de media longitud.
Original rosado que en muchas cosas recuerda un vino blanco.
Fresco y adictivo.

Color asalmonado casi piel de cebolla.. limpio y brillante.
Nariz de media intensidad, muy definida. muy golosa pero no empalaga, frutos rojos (fresas,frambuesas) melocotón, algo de flor blanca.. nariz fresca y refrescante..
En boca tiene un buen ataque, muy sedoso y elengante y con volumen, se nota el trabajo con las lías. Mucha fruta en boca, más golosa diría, la acidez hace el vino muy fresco pese a la untuosidad que tiene.
Muy rico!!

Una botella al mes, y aunque está algo por debajo de lo que esperaba, es un vino muy, muy, rico.

Color rosa pálido, sin llegar al color del clarete riojano, pero casi.
En nariz se muestra fruta roja en plenitud con toques herbaceos de fondo.
En boca tiene una buena entrada, fresco desde el principio, frutal con ese toque herbaceo pero apenas amargo, con una acidez perfecta que limpia la boca y refresca...

Para tomarlo fresquito con unas tapas es mas que ideal!!

Fresa frambuesa suave con intensidad media (fruta roja en nariz); afrutado y equilibrado en boca. Muy grato. Un vino extraordinario para verano. Es lo que es.

Acostumbrado como estoy a echar mano de los vinos rosados, sobretodo en época estival, reconozco que a la hora de elegir este Muga de La Rioja, me ha podido más los comentarios de los veremeros y el desconocimiento, que la intuición personal.
Con todo y eso, me ha gustado y le he encontrado ese punto fuera de lo común (el exceso de la golosina, el caramelo, el sirope; mucho dulzor...). Un nuevo rosado para mí.

Visualmente, hasta debe de ser el primer rosado que adquiero con tan baja tonalidad: asalmonado, con ciertas reminiscencias de cebolla.
En nariz, ya se empieza a descubrir que no es un rosado empalagoso. Como bien citan en anteriores notas de cata, sólo hay la pureza de fruta fresca (cereza y fresa ácida), antes que el dulce.
No sé cuánto ni en que medida debe de influir en su carácter, las cubas de madera ni la breve crianza en estos contenedores de mosto, pero afloran por momentos las suaves levaduras y algunas sensación de miga de pan al final.
La boca presenta todavía una acidez interesante y un recorrido medio donde se percibe la piel de la fruta en el paladar. Tiene un final de buen recuerdo frutal.

La gracia, para mi gusto personal, radica en ese coupage de variedades y el modo de hacer los vinos en La Rioja. Clasicismo en rosa.
Un vino rosado que sabe diferente. Y eso es bueno.

Color rosa pálido.
Nariz de buena intensidad donde destacan las notas de fruta roja frente a las golosinas de otros rosados más golosos, tiene un punto herbáceo, fresco, casi mineral, como de gruta húmeda. Es fresco y atractivo en nariz.
En boca tiene una buena acidez, con un buen peso de fruta, fresco, con un buen recorrido y un peligro excesivo por lo fácil que se hace de beber :-)

En las buenas añadas este vino es vibrante como una cuerda de guitarra, en las menos buenas, se queda en un rosado sin más. Está en ese momento en que no sé hacia dónde va a ir. Ahora mismo está riquísimo, para bebértelo sin respirar, pero veremos en los próximos meses hacia dónde va.

(PVP: 5.61 EUR)