En un intento de definir la enemistad recurro al material fotográfico y demás recuerdos que traje este año de Boston, MA. Desafortunadamente este cuento pretende ser, ni más ni menos, mi catarsis personal y pienso que si lo dejo por escrito en estos foros nobles igual un día se me perdonará lo que hice por puro gusto e impulso.
Horas antes de coger el avión de
En un país donde los espantapájaros migran largas distancias y los pájaros se quedan en la misma costa, el príncipe Ribbit duerme durante todo el año y se despierta durante sólo un día. La zinfandel va a intervenir también, marcando el principio y luego la finalización
¡qué ciclo de vida más perpetuo! de esta hibernación onírica.
Me arrepiento de las dietas, de los platos sin salsa, de los días sin pan y las noches sin vino; me arrepiento de las cosas más comunes. Desmigando a solas mis momentos culinarios, comer con pan es amor a sí mismo y mojar, no es ningún delito.
Cuando los cuentos se sustituyen por leyendas.
Cuando el amor da lugar a frases hechas que uno articula por inercia.
Cuando el vino es un último sorbo de un godello, de la añada 2010.
Cuando uno toma ¿trucha? de postre. Entonces sí, yo también te quiero.
[...]Hay una vieja leyenda que cuenta que después de aparearse las truchas, la hembra se come al
El olor es el recuerdo más intenso
Recuerdo, como si fuera ayer, el día que trajo mi hermano un Macintosh a casa, en uno de sus primeros viajes de Boston. Como aquello no desprendía ningún olor -tampoco le podía pegar un mordisco para saborearlo- tan sólo me quedaba mirándolo, observando su forma de trasto rectangular. Me preguntaba por qué una calculadora tenía que ocupar
Antes de irme vuelvo para contarte un cuento al que no le faltan los aromas, el amor y demás motivos gustativos. El vino sí, también está presente de una manera tan discreta como necesaria. Hablemos hoy de otro fruto y de otro mar, mar de olivos que rodea una tierra que acoge parte de mi familia, parte de mi gente que vive allí exprimiendo la vida, los momentos.
Cariño, ¿Aceptamos pulpo como animal de compañía?
Sospechaba yo que los platos exquisitos son tan sencillos de elaborar. Como suele pasar, nos solemos adaptar tanto al sabor como a las paradojas lingüísticas; el idioma es algo propio y la entonación una gracia que a veces resulta deliciosa. Dentro de la cultura popular encontramos recetas exquisitas, sazonadas con
Dudo mucho. Del mes de junio que, nada más entrar, pasó. De los viajes que no he hecho y de los que hice y, nada más hacerlos, tuve que volver. Dudo mucho de los vinos y los cuentos. Los que nada más catarlos, caigo. Los que nada más leerlos, me entra sed.
El citado vino se me regaló hace un tiempo, días que pasaron rápido y otros que tardaron más en transcurrir. El CS
Esta noche de San Juan me permito estar lejos de la costa pero muy cerca de esa magia que como humo se desprende, cuando el deseo ya está escrito
pero no acabará en una hoguera quemándose, cumpliéndose tampoco.
Fiel a la tradición, las costumbres que acompañan cada alma que se deja sentir e influenciar por la marea, hoy tan sólo quiero hablar de mujeres
Hoy venía a casa a comer Piero. Piero formaba parte del grupo exquisito de amistades de mi abuelo paterno, cuando todavía vivían en la isla en la época de la post guerra italogriega, durante los años 1940-41, seis años antes de la incorporación y entregamiento de las doce islas del Dodecaneso a Grecia.
Piero, italiano nativo de la Morra de Piamonte, terminada la