6 años después

Me permito parafrasear el estilo de título del Maestro Antoliano Dávila (con su permiso), para decir que el vino ha experimentado una mejora sustancial.

En visual se repiten todas las características efectuadas en la valoración del 2003, salvo la relativa al ribete, ya integrado en el color general de la copa.

En fase olfativa se muestra mucho más abierto y amable, con un mayor número de registros, ha desaparecido el fondo de licor y la fruta (negra) se muestra abundante. Bastante expresivo y con unos matices mucho más pulidos frente a la cerrazón de la primera botella. 

Muy buena entrada en boca, sin las sensaciones rugosas apreciadas hace más de un lustro. Taninos ya pulidos, sin aristas. Buena estructura y volumen. Un vino con cierto peso, pero con un buen paso por boca. Sin notas amargas, la fruta está en plenitud y la madera perfectamente integrada. Buena acidez y equilibrio. Un final largo y agradable que redondea un vino que se encuentra en un excelente momento y que permanecerá aún en plenitud un buen número de años.

En definitiva, y afortunadamente, lo esperado: que el tiempo en botella hiciese su labor en un vino, como este, hijo de una cosecha -la 09 en Burdeos- excepcional, la cual empieza a dar ya sus mejores frutos en las gamas medias.

El tiempo y la paciencia. Dos elementos esenciales para disfrutar de un buen vino. Y este, sin duda, ahora lo es.

Comprado en primeur: 30 euros

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