In medio stat virtus ...
En aquellos tiempos remotos - cuando Michel Rolland y Robert Parker no cortaban el bacalao - Burdeos obraba a su antojo y Bruno Prats podía cultivar su filosofía enológica, inspirada por la teoría de la justa medida : uvas recogidas al justo punto de maduración, poca madera nueva, la menor tecnología posible, búsqueda de la elegancia y frescura. Cuando salió al mercado, su Cos d'Estournel 81 era una especie de zumo de frutas del bosque, de color rubí violáceo. Treinta años después, ha adquirido los matices atejados que denotan su edad pero su nariz no ha perdido nada de su encanto ni su boca de su esplendor : las notas de arándano y de grosella negra se combinan armoniosamente con toques de cedro, de habano y de marroquinería, sin exceso de potencia. En suma, un saint-estèphe de una rara delicadeza, refinado y seductor - con taninos finos y discretos - que se puede confundir con un pauillac. No es regalado pero desde 1981, vuelan los precios. ( PVP : 80 € )
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en respuesta a Gondorff Ver mensaje de Gondorff La añada 1980 ha sufrido malas condiciones climatológicas : primavera fría y retraso de la floración, verano fresco, bastante lluvioso y maduración demasiado lenta de las uvas ; por eso, las vendimias empezaron muy tarde, en la segunda quincena de octubre. Digamos que Cos d'Estournel del 80 no ha dejado recuerdos imperecederos - un vino de textura muy sedosa, muy frágil y de guarda mediana - pero la naturaleza lo ha querido así.
Ahora, sea cual sea la añada, los vinos son más intensos, más concentrados y más opulentos : por ejemplo, el 2009 es un coloso que tiene 14,5° de alcohol y cuesta la friolera de 270 €. Para ser franco, no me gusta la nueva cara de Burdeos porque tengo la nostalgía de los Cos d'Estournel 62, 66 y 78, vinos con un perfil muy diferente - pero perfectamente identificables a ciegas - y vendidos a un precio razonable.Un cordial saludo / Alain
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en respuesta a Disfraz Ver mensaje de Disfraz Es cierto, es una zona que se ha modernizado y sobre todo ha incrementado sus precios una barbaridad. De todas formas seguimos teniendo Figeac, Pape Clement, Kirwan o Haut Marbuzet con estilos más o menos clásicos. Aquí en Madrid hay un restaurante donde tienen cosas de cierta edad a buen precio.