A la vista se presenta con un color picota con ribetes y destellos de color rubí, una capa de media a alta y una buena lágrima.
En la nariz con una buena intensidad, con la fruta sin estar muy madura, los balsámicos detrás y difícil de definir por mí, detalles de la madera.
En la boca, muchas acidez, cítricos más acidez, muchos cítricos y con la acidez ponderando.
Espero un rato bueno y la acidez ha bajado algo, pero no da más detalles a mencionar.
Abrimos otra botella, por esas circunstancias de que los vinos te dan sorpresas y se muestran caprichosos: y la segunda está igual.
Resto de miembros de la cata, con iguales o similares sensaciones a las mías (no me escudo en su opinión).
Me acordé de una frase que decía sobre estos vinos: “los vinos de esta bodega, conquistan a todos los que los prueban”. Decididamente soy una persona rara y no me gustan ciertos vinos que se supone son de gran nivel y están en la cresta de la ola. O no tengo el nivel requerido para adaptarme a ellos.
Puntuaré el mismo y sin ánimo de justificarme lo explico: 4 de su apariencia, 10 de su fase nasal, 0 de la fase de la boca y como entiendo que se supone que es un gran vino, le doy un 10 en posibilidades de evolución: total 75 puntos.
Cata realizada con el Club de Catas del Círculo de Recreo de Torrelavega en Cantabria, en la jornada de vinos tintos gallegos.
No suelo yo dar puñetazos, pero figuradamente tu expresión es muy válida.
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