Vermouth Vittore, perfecto en su rango.

Ámbar oscuro y un caoba claro.
En la nariz se gusta a sí mismo, lo tiene todo, sin atosigar, hay espacio y protagonismo para todos. Surge el ajenjo, la genciana, la cáscara y la pulpa secas de la naranja, canela y regaliz, punto medicinal, es fragante, se siente la fruta del vino base, por momentos es como pisar el monte bajo mediterráneo.

En boca entra con amabilidad, con un dulzor inicial que perdura pero que no cansa. Es tan sabroso como ligero, no aparenta ser lo que no es. Palpas los cítricos y los botánicos, es armonioso y equilibrado, fresco y con una buena acidez. Deja para el final un sabio toque amargo que lo emparenta con los grandes vermuts.