Aroma fresco e intenso, en un primer momento muestra sensaciones frutales con notas cítricas, que se desvanecen en el tiempo. No le gusta la temperatura baja, se expresa mucho mejor a unos 16 grados, más frió pierde en matices, se cierra. Una vez abierto surgen aromas a jarabe (suave cereza), mantequilla, pastelería, finísimos toques de anís, fruta de hueso, albaricoque.
En boca es untuoso, suave golosidad, glicerico, llena la boca y la deja fresca con leves notas frutales, desde la pera, tímido plátano y cereza. Sorprende la frescura, conforme dejas el vino en la boca se transforma en almíbar, gana en textura, sedosidad, para que al final nos de un elegante amargor, como el del orejón.
Es la añada 2011, sera interesante poder catar el 2012, en esta añada y en estas fechas, el vino muestra una evolución (no mala) que ha hecho perder los rasgos cítricos.
La copa se llena de lagrimas, de cierta untuosidad, el color es de un muy suave color piel de cebolla, un blanco levemente tintado.
Sin duda un muy original vino blanco procedente de uvas Eco de Monastrell.
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