Tremendamente tánico

El error de la cata fue tomarlo no acompañado de una buena carne ya fuera argentina o gallega, pero la visita de un buen amigo bien merece un descorche. Llama la atención el color tremendamente oscuro del vino que no deja ver los dedos al trasluz; se nota incluso al servirlo. El ribete es más bien morado. Algo floral (frutas del bosque, moras) e intuyo regaliz, pero es sólo una apreciación. En boca, potencia con control, muy tánico, mucho más que un Rioja o Ribera de Duero, más incluso que un Syrah. Además, sus 15.5º se hacen notar. Buen vino aunque más para experimentar que para saborear. Mi amigo lo definió como "algo diferente a todo lo que había probado hasta ahora". El precio, 18 euros, me parece muy aceptable. Para repetir pero bien maridado.

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