Buena evolución

Como cabía esperar, a pesar de estar etiquetado como crianza, la composición de su coupage a base de graciano (50%), mazuelo (25%) y tempranillo (25%) y sus 23 meses de barrica nueva de roble Americano, hacían presagiar que su mejor momento llegaría más tarde que un crianza tradicional de La Rioja.

En estos momentos el vino se muestra esplendido, potente, intenso, con volumen, aterciopelado, expansivo, llena toda la boca gracias a una buena acidez bastante intensa. Aparecen en un primer plano notas de fruta roja tipo nectarinas y ciruelas, dando después paso a guindas y evolucionando hacia una fruta más licorosa con endrinas y patxaran. Fondo achocolatado, con sensación terrosa, donde aparecen notas tostadas, café, chocolate y cacao. Cierra el recorrido con balsámicos en forma de menta y eucalipto. Se perciben los taninos aun algo rugosos y una punta de alcohol que aporta sensación cálida. Con más tiempo de aireación y más templado pierde algo de intensidad pero se vuelve más cálido y sedoso. Final muy largo, persistente y de gran intensidad, con notas florales tipo geranios y violetas (se va imponiendo la graciano), guindas en licor, patxaran, bombón de licor y ligero amargor. Complejo, redondo, muy bien conjuntado. Teniendo un estilo bastante maderizado y achocolatado no resulta pesado o empalagoso gracias al contraste que aportan la acidez y los balsámicos.

La etiqueta viene firmada por la enóloga, Esperanza Elías, con un párrafo en el que afirma que en este vino ha puesto su alma.... Pues se nota. Enhorabuena.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar