Una serie especial de la bodega

Rojo rubí, ribete ligeramente atejado, capa media.
Nariz de media intensidad que muestra un vino algo más cansado de lo esperado pero aun así mantiene limpieza y definición, la fruta es ya licorosa y predominan los toques terciarios, humedades, hojarasca, maderas viejas, cueros y hongos. Aparece igualmente un tenue recuerdo especiado y balsámico.
En boca se muestra fino y accesible, no es obviamente un vino grande pero se bebe de maravilla por su acidez y gracilidad, da la sensación de estar ya en ligero declive pero ni mucho menos caído, con un final donde destacan de nuevo los terciarios con un tanino ya muy integrado. Persistencia media.
Nos encontramos ante una serie especial de la bodega pero digamos que por la parte baja, por debajo en calidad de Arana y Ardanza y no digamos ya de 904/890, es un vino fino y apañado que a sus 32 años da la sensación de haber finalizado su evolución e ir hacia atrás, pero que se bebe perfectamente por su redondez. Interesante.

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