Garnacha domesticada

Después de quince meses más, una nueva botella permite ver que sigue evolucionando (o aguantando que no es poco) y manteniendo un vino muy agradable, quizás ha perdido la fuerza de esos primeros años que a veces son más de defectos que de virtudes y ahora es una garnacha bien envejecida y que arranca con otras características diferentes a como se tomaba hace más de 16 años.
Tiene más ligereza en boca, se ha hecho más amable, con un trago más largo con unos taninos más integrados y una acidez más moderada.
Un vino que ahora no aguantará una barbacoa como antes pero que con un arroz contundente (arroz al horno) va ahora mucho mejor.

  1. #1

    Otilio Haro

    Eres un valiente. Reconozco que ni lo hubiese abierto.

  2. #2

    Abreunvinito

    Tengo otra botella para compartir.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar