Después de casi cuatro años, abro otra botella que está evolucionando de maravilla. Este vino que desgraciadamente ya no se elabora, había sido una apuesta personal de Benjamín Romeo y un homenaje a su madre, Carmen. Compré 12 botellas cuando nació mi hija, a la que bautizamos con el mismo nombre, y cuando lo probé por primera vez, no estaba seguro de mi elección. Me lo vendieron como un "old school" y aunque en aquel momento percibimos buenos mimbres, teníamos dudas acerca de su progresión. Hoy afirmo que lleva un camino directo hacia el éxito.
Fruta negra, regaliz, tinta china, cedro, nuez moscada, bálsámicos, lácteos, toques a barrica que se disipan con el aire y mineralidad.
Estructurado y con un músculo perfilado, estupenda acidez. Alcohol y tanino que van integrándose muy bien en el conjunto.
Final largo, persistente y equilibrado.
Creo que tiene mucho carrete para ir a más. Compren si todavía están a tiempo, y guarden.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.