Un espumoso com trazas de Champagne y espíritu de Jérez

Degüelle: Sep-12. Dorado pálido. Nariz intensa y con bastante volumen, hay un equilibrio entre los matices mas frescos, sobre todo con flor
recuerdos de flores frescas y algo de fruta con hueso, sobre un fondo más serio, en el que junto a las levaduras encontramos algo de pastelería y en el fondo, incluso un toquecito punzante que recuerda a los vinos del sur. En boca el ataque es intenso, el carbónico está bien integrado, la acidez es muy buena -aunque algo más atemperada que la de la botella previa- resulta largo y con un interesante apunte mineral.

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