Unos días después...

y en vista del éxito obtenido, destapo y disfruto con otra de las dos botellas que me quedaban, lógicamente ahora me queda una sola.

Las sensaciones, dado el poco tiempo transcurrido, siguen siendo idénticas a las vertidas en la última valoración.

Un vino extraordinario, tanto en la nariz como en boca, aunque hay que indicar que en esta última, se encuentra en una fase extrordinaria.

Fenomenal, fenomenal, es la palabra más adecuada para este "fantástico" vinazo.

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