Rojo picota, ribete rojizo, capa media-alta.
Nariz intensa y con cierta complejidad, destacando los toques minerales y balsámicos en un inicio. Con más aire aparecen recuerdos de café en grano, especias y ahumados, además de frutas rojas en licor y tabaco de pipa. No termina de arrancar y está un poco cerrado, joven en estos momentos.
En boca nos revela su fuerza, hay acidez y está apretado, un poco dominado en estos momentos por la madera. Aun así el vino responde y muestra su nivel, dejando sensaciones especiadas y minerales, con un tanino potente y por integrar. Buena persistencia.
Rabajá es el vino más representativo de esta bodega, pero es una pena que con la mejor parcela de este gran viñedo, una elaboración demasiado moderna con barrica francesa nueva le reste personalidad al vino, que por otra parte tiene calidad pero…por 50 euros hay cosas mejores.