Eguren, por supuesto...

Como bien comentaba el amigo Pablo en su nota de cata, quizás sea prematuro el catarlo, llevárselo a la boca todavía. Un vino que se afinará de manera decidida en el futuro.
Aún así, nos llevamos este gran Rioja al paladar.
Decantado 1 hora aproximadamente antes de su degustación.
Visualmente, luce un picota de capa alta; oscuro, concentrado. Ribete Burdeos y abundante lágrima marcada en el cristal.
Las primeras copas en nariz me recuerdan a mi anterior San Vicente 2008 catado: notas torrefactas, café, cacao en polvo. La fruta se entremezcla con el cacao y el café (negra y roja madura). Conforme transcurre el tiempo, comienza a ceder el café y asoma la vainilla, algo de tabaco y las maderas de la crianza (bien integrada, por cierto)
En boca, luce ataque, potencia. Carnoso. La acidez está muy presente. La fruta se mastica. Llena la boca. Voluminoso y con un buen desarrollo en el paladar.
La madera, más afinada si cabe que en la fase olfativa.
No obstante, como anteriormente comentaba, tiene mucho futuro por delante.
Gran Rioja.
Al igual que mi amigo, también con un precio lo suficientemente interesante y tentador, como para adquirir nuevas botellas y apreciar su crecimiento. (29,80€)

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