Poderío y complejidad

Nicolás proviene de una parcela que maduró en exceso y subió grado, iban a desecharlo, pero al elaborarlo descubrieron un vino irrepetible.
Amarillo pajizo con reflejos verdosos, limpio y brillante.
Nariz en un principio algo golosa, con algunos matices almibarados pero que poco a poco va desapareciendo. Una vez oxigenada la nariz desprende complejidad a raudales, cítricos, florales, herbáceos, tiza, fruta blanca con un carácter mineral que va ganando protagonismo con el tiempo, nariz muy definida y equilibrada en todos los matices.
En boca tiene muy buena entrada, se nota más el carácter goloso que en nariz, pero siempre con un perfil muy fresco aun sus 14º, es un vino muy amplio y con mucho peso que igual algunos les puede llegar a cansar sino comen algo, no es mi caso, amargos muy bien definidos que lo hacen más largo si cabe.. todo ello con retrogusto a "piedra" muy elegante.

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