Muy, muy curiosa esta apuesta de Moet.
Un champagne creado y concebido para tomar con hielo, encerrado en una glamourosa botella opaca blanca nuclear con lazo negro y mínimos detalles en oro, que cuando se lanzó únicamente se podía encontrar en las siete u ocho ciudades más exclusivas del mundo, al precio de 50 euros la botellita...
Lo tomé tal y cómo aconsejan: frío, con hielo, en copa de vino.
Y... Bueno, pues es algo diferente, original, cool...
En nariz la cata queda muy alterada por el frío y los hielos, pero es intensamente frutal, al igual que en boca, donde el maracuyá y el mango son los protagonistas junto con notas de crema inglesa y de tostados. También algo de regaliz, de balsámicos...
Tiene cierto volumen, es cremosillo, y el carbónico está poco presente, se "aguachina" con el hielo.
Era a media tarde, ese momento en que no sabes qué tomar sin pasar a temas más duros y... Nos pimplamos la botella en un pis-pas y nos quedamos mirándonos sin saber muy bien qué decir...
-La pregunta: "¿Volverías a probarlo?"
-La respuesta: "Psss, hombre, si no hay algo más interesante y en algún momento determinado..."
-La siguiente pregunta: "¿Pagarías 50€ por ella?"
-La respuesta: "No".
Me gusta tu conclusión final y para mi me vale mucho más que cualquier puntuación. ¡Anda¡ que si lo pruebo yo, casi seguro que la respuesta hubiese sido la misma pero con adjetivos mas superlativos en el mismo sentido que el tuyo. No me acaban de “llenar “
Si lo pruebas tú, jejé, me hubiera gustado ver tu cara.
Pero oye, que me pimplé media botella sin enterarme. Media tarde, cargaditos de comida y vino... Pues como a modo de gintonic amariconao, pa desengrasar y prepararte pa la cena, pero súperultramegafashiondelamuerte
Dime que no pagaste tu la botella... 50 lereles por un moete para tomar con hielo!!! Te van a cesar como jefazo restaurantero :-P
En esa sensación que me dibujas seguro que yo también te hubiese acompañado con toda la alegría del mundo y además no lo dudo ahora mismo. En estas fechas que “todo vale” y que lo normal es comer y beber, no tenemos igual rasero, por mucho que queramos.
Jajaja, no, no la pagué... Pero te confesaré que por probarlo, si que la hubiera pagado, una primera vez...
No tengo ninguna duda. Hubieras puesto alguna cara de esas que pones tú de agnosticismo montañés (jajaja, es que te estoy viendo) pero nos la hubiéramos "pretao" con singular alegría...
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