Reconciliación con los cuatro monos.

Tiene un aroma natural, de fruta madura, a pera y algo de manzana. La manzana se une a la sidra, con finura, suavidad y expresión. Hay un toque a cereal tostado, cerveza de trigo y un extraño toque a hierbas de tocador. Digo extraño, pensando en el conjunto, parece que no tuviéramos un vino blanco. Suave aspecto dulce a la par de amargo, todo parece neutro, sin fragancias, sin artificio, sin potenciadores.

Sus 15º no están, al menos algunos se han marchado, los que parecían demasiados. En la boca palpamos la fruta, y un grato hilo fresco, sin sensación ácida, sin notas cítricas. Es agradable, redondo, denso, llena de sutileza, es cremoso, punto seco, puntito cítrico, puntito dulce, final potente, algo cálido, grato punto amargo, crece, donde creías que se había ido, rechupeteas, enjuagas y recuerdas.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar