Probado en una cata a ciegas entre varios vinos de Toro y Ribera de Duero.
Color oscuro de buena capa. La nariz es pura madera, tostados, especias, mucho café de torrefacto. Al rato en copa sube la temperatura y peor. En boca también marca la madera dejando una sensación astringente bastante desagradable.
En la mesa había varios amantes de Vega Sicilia y a nadie le gustó este vino, si fuera a etiqueta vista quizás si hubiera gustado. Tambíen bebimos un Pintia 2007 en muy buena forma y un muy joven Alion 2012 que apunta muy buenas maneras.
No puntúo.
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