Una syrah muy reconocible

Color rojo cereza con reflejos negruzcos. Ribete rosáceo. Brillante y con algo de poso. Muy cubierto. La lágrima es delgada y ordenada.
Al principio se muestra muy floral, con notas a geranio y rosas. Poco a poco van apareciendo más tonos a fruta negra, especias, carne ahumada, tabaco rubio, chocolate negro, cueros, animales y mineralidad.
En boca lo notamos muy redondo, sin ninguna arista. Buena acidez, madera y alcohol poco presentes y un tanino amable. Fruta roja y negra, cueros, tierra mojada y mineralidad.
Final intenso con recuerdos cárnicos.
Un vino que me ha gustado, pienso que está bien elaborado ya que la variedad es muy reconocible y además las sensaciones que deja no son en absoluto cargantes. Una bodega con 300 años de antigüedad que al parecer es un referente en Sudáfrica.

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