Vestido en amarillo luminoso, tiene muchas cosas que decir, con tal que lo sirváis a la temperatura adecuada - a eso de 15 grados - porque, de lo contrario, se quedará mudo. Poquito a poco, desprende aromas frutales elegantes e intensos - dulce de membrillo, albaricoque en almíbar - sobre un fondo vegetal que recuerda vagamente al césped recién cortado. De cuerpo medio, moderadamente largo, con una acidez perfecta, ha mejorado netamente : muy fresco al paladar y tan complejo que un champán viejo. Indudablemente, la calidad gustativa de Viña Gravonia se va mejorando - recuerdos de orejones, de mangostán y de compota de manzana verde - a un precio sumamente ventajoso, lo que no es desdeñable. ( PVP : 12 € )