Pedazo de garnacha de Las Moradas

Picota tomada con menisco cardenalicio. Capa alta. Abundante lágrima que tinta la copa.

En la fase nasal se muestra muy intenso y… "complejo de narices" ;-). No hay ningún aroma de reducción, el vino se expresa con libertad desde el minuto uno. Es licoroso, con notas de panadería y pipas de calabaza. Tras agitar la copa emerge la pimienta negra, el café y el monte bajo. No encuentro aún la fruta, antes está el regaliz. Al final salen aromas muy amigables, como lácteos y moras (al final, las encontré).

Ataque en boca poderoso. Es cárnico, espléndido, voluminoso. Al paso nos habla de tanicidad, de bravura, de estructura. Resulta potente, concentrado. Frutal, con el alcohol presente pero bien integrado, correcto de acidez, asomos de caramelo. Trazas minerales (¿salino?) Deja su impronta en la parte delantera de la boca. Notable persistencia. Cuando se ha ido, todavía sigue viviendo en las encías.

Increíble lo escondida que está la madera en boca ¡21 meses de nueva de francés!

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