Embotellado el 24/10/11.
Cobrizo, limpio y brillante.
Nariz complejísima. Cambiante y profunda como he visto pocas. Piel de naranja, agua de azahar, frutos secos, miel, caja de cerillas, puro, ebanistería, desván y mineralidad.
Los sabores muestran igualmente un abanico enorme. El paso es agreste y marcado aunque fresco y llena la boca. Como comenta Eugenio, hay notas de flor y de oxidación a partes iguales. Especias punzantes, toffee, fruta escarchada, polvo, barniz, yodo y algas.
Final eterno que deja recuerdos, entre otras cosas a frutos secos y malta. Un vino de meditación para disfrutar a sorbitos cortos y preferiblemente con frío.
Mi abuela paterna nos daba clase de refuerzo cuando éramos pequeños. Nos hablaba de la belleza de las matemáticas o de la formulación; en aquel momento no lo entendía y hoy tampoco. ¿Puede ser "bonita" una integral o la composición molecular del carbono?. No lo sé. ¿Y un vino?. Yo creo que sí.
Pues sí, es una suerte disfrutar de vinos de esta hondura. Leí en un comentario tuyo que tuvisteis la suerte de conocerle y que era un auténtico caballero. Efectivamente, aunque las personas mueren, quedan sus obras. Este Tres Palmas es un fiel reflejo de la calidad de esta bodega y de quien estaba detrás.
Un abrazo,
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