Picota con ribete granate. En nariz hay una buena presencia de fruta roja, notas tostadas y licorosas, tostados y chocolate. En boca tiene buena acidez, con un tanino marcado, notas amargosas y balsámicos.
El Quínola 2008 se presenta con una capa media-alta, de un color picota intenso con ribete granate.
En nariz presenta fuertes aromas a tostados y cacao amargo, a madera incluso.
En boca su expresión es superior, llegando a sacar notas antes escondidas, cómo pimienta y vainilla. Es algo alcohólico y los taninos son pronunciados pero correctos.
La nariz se despereza tras un inicio tímido y extiende guindas en licor y frambuesas sobre un fondo de eucalipto y de violetas.
En boca el ataque es potente y muy frutal. Vainillas y cacao rallado hacen turnos dulces y amargos, con la fresca ligereza de la hierbabuena. Largo y de paso tranquilo, deja impronta de su vocación de permanencia en el postgusto.
Vino de disfrute tranquilo y sosegado.
Amabilidad del bodeguero la botella pero a pesar de agradecido mantengo la opinion anterior, si, es un buen vino, un muy buen Toro, no un gran Toro, le seguiremos la pista. Astringente, frutillos rojos y negros, cacao molido, algun toque balsamico y salazon
Capa cubierta. Nariz profunda, algo alcoholica y algo sobrepasado en este sentido. Al apaciguarse muestra aromas y sabores a frutos negros, salazon, carbon, monte bajo, le percibo toques de tinta china y tb de lacas. Predominio final de sabores amargos, cacao, chocolate negro. Taninos para mi parecer muy secantes. Catado en dos sesiones. Botella 3 de 5275.
Catado para www.taninotanino.es con 94 tnntnn
Quinola procede de un viñedo de 7 hectáreas sito en Argujillo (Zamora) con cepas prefiloxéricas que sobrepasan los 90 años, repartidas en cinco parcelas a 850 metros del nivel del mar. Rendimientos de 1.200 Kg por hectárea nos muestran su selección. En barrica permanece durante 24 meses en roble nuevo de grano fino francés.
Proyectos así se definen desde su botella minimalista, atrayente y seductora etiqueta nos abren paso a un tinto concentrado desde su visual. Preciosa tintada y rica carga polifenólica. Sus aromas se muestran entre una gran nube de complejidad, notas de tinta china nos enseñan su carácter mineral con toques cool que definidos por sus recuerdos metálicos. Su sensación frutal es como una alfombra por su peso de fruta negra y madura en confitura, muy elegante, ejemplo de madurez sin sobremaduraciones. Su complejidad está sostenida por un esqueleto de finura y frescura. Los aromas con recuerdo a tostados de café y regaliz afloran con la oxigenación.
Si en nariz roza la perfección, en boca la alcanza. Extraordinarios niveles de acidez, tanicidad y frescura. Taninos nobles, ricos y estructurado con un enorme volumen en boca. Sensación de plenitud y recuerdo en postgusto de intensa fruta negra.
Una joya de toro, un vino que todos deberíamos probar.