Todo un descubrimiento

Ya cuando caté la añada 2009 de este vino me pareció algo muy importante, todo un descubrimiento que ahora, con la añada 2010 se ratifica y confirma. Los vinos blancos de la D.O. Madrid adquieren una dimensión especial, no conocida por mi hasta la fecha.
Bueno, pero vamos a lo importante.
Vista: de color amarillo dorado, muy brillante, limpio, glicérico.
Nariz: de buena intensidad, franco, pleno de aromas de fruta escarchada, elegante, liqeros balsámicos, hinojo, notas cremosas, toques de flor algo marchita.
Boca: Desde el primer contacto del vino con la boca es ya notable. Es un vino de buena amplitud, sedoso, sabroso, balsámico, con mucha presencia de fruta, con cierta golosidad, denso y con una gran capacidad de sabor, ligero toque amargoso, buena acidez y un final largo, de buena frescura y tan elegante como todo el conjunto.
Nos encontramos sin duda con un vino que tiene mucho que ofrecer y que es capaz de llegar a un muy amplio sector de consumidores.
Lo caté en una sesión de Albillos de la Unión Española de Catadores y la opinión de todo el grupo fue unánime: "un gran vino blanco"; posiblemente el mejor de todos los catados.
Su precio ronda lo 11 euros.

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