Botella nº 270
De color amarillo dorado, con reflejos también dorados y lagrima de gran densidad.
En nariz se aprecia tanto fruta blanca como amarilla bastante madura, notas herbáceas, anisados, mantequilla, bollería fina y la madera se intuye muy de fondo.
En boca tiene una entrada fresca, glicérica, untuosa, con una excelente acidez y un postgusto de medio recorrido con recuerdos especiados, cítricos, minerales y un final ligeramente amargoso.
A ciegas fácilmente lo pondrías en Borgoña.
Por suerte aún me queda una última botella.
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