Necesitaba tiempo.

Han transcurrido 16 meses y el vino probado hoy no tiene nada que ver con el que tomé en diciembre del 2012.
No describo la botella ni la etiqueta por haberlo realizado anteriormente. Si tengo que puntualizar que el corcho es de calidad.
A la vista se presenta de color rojo picota y rubí. Buena, densa y lenta lágrima que se desliza con parsimonia por la copa. Limpio y brillante. Menisco con incipientes notas teja.
En nariz encuentro intensas y sazonadss frutas negras y rojas, arándanos, mayuetas. Madera muy bién ensamblada. Notas balsámicas, algo de pimienta negra y mucha fruta.
En boca encuentro elegancia, frescura, frutalidad, equilibrio, madera imperceptible, sabroso, finura, mineralidad en forma de tizas, balsámico, presente acidez que te invita a beber y que le dará vida algunos años más. Taninos domándose. Elegante y sabroso paso de boca. Y es muy largo. Me da una permanencia en boca de 3,15 minutos.
Una muy agradable sorpresa la que me he llevado con este vino, de un casi suspenso a un notable. No parece el mismo que tomé anteriormente.
En este vino hay que tener presente el consejo de : "Los vinos tienen que esperar".

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