“¡Pide un deseo!”.
Con una provocación tan directa nos sorprende la etiqueta de este blanco fermentado en barrica. No pensemos en nada al uso. Un coupage de viura, malvasía y garnacha blanca presentado con mucho gusto. Además, tenemos ventaja al conocer la bodega y disfrutar de una charla muy interesante con su propietario sobre las ideas de sus vinos.
Fundamental: airear y expandir. La madera escondida necesita un respiro. Asoman entre amarillos muy brillantes aromas de flores blancas medicinales, panadería, ralladura de naranja, vainilla, polvorones con canela… Despacio y con calma pues necesita tiempo, eso que nunca sobra, para que exprese su plenitud. Después, en boca y bien aireado, grandísima acidez, entrada untuosa, trago largo, amplio y envolvente, que termina, como dice el compañero, con un suave reflejo de caramelo de limón, artesano, hondo, antiguo. No es un vino a la manera actual, quizá complicado para muchos paladares. La dictadura del mercado.
Lo combinamos con raviolis de manzana y cebolla caramelizada, tortilla de patata al dente y ¡sí, callos en receta tradicional! ¡Ahí queda eso! Poderoso y expresivo, salió airoso del envite para descubrir agradecido su mayor secreto, ese que los alemanes llaman ¡diamantes de vino! Un deseo concedido.
Amarillo pajizo tomado con destellos áureos.
Complejo e intenso en nariz, con personalidad. Debuta con notas finas de ebanistería. Le sigue la naranja madura y la pera. Posteriormente entra tímidamente la pastelería y algún lácteo que rápidamente son desplazados por el empuje de la vainilla, que domina ya el resto de la fase, dejando un hueco al jazmín casi marchito.
En boca es acariciante, agradable, amigable. Graso al tacto. Amplio al paso, largo, cautivador. Recuerdos de madera y de caramelo de limón.
Un blanco de largo recorrido que en estos momentos agradece el aire...
Color dorado pálido. Tiene una nariz intensa, con volumen, algo dominada en estos momentos por las notas maderosas, hay bastantes vainillas y algo de mantequilla, con la aireación se refuerza el carácter frutal, con notas de fruta blanca y también aparecen recuerdos a flor blanca. En boca tiene buen ataque, el paso es cremoso, con sensaciones untuosas, de nuevo hay sensaciones de vainilla, muy bien de acidez, resulta largo y bien definido. Catamos en primicia todavía debe completar su estancia en botella antes de salir al mercado. Posiblemente ese tiempo permitirá que muestre con más franqueza las notas primarias. Un blanco de largo recorrido que en estos momentos agradece el aire...