Diferente

Y en estos tiempos, ¿qué mejor cosas se puede decir del vino que ser diferente?
Estamos en tiempo de homogeneización, de estandarización de gustos, de idealización de realidades vacías, de alienación.
Pues ¿por qué no beber vinos diferentes?
El rosado en los últimos tiempos está siendo el "hermano pobre" del mundo del vino. Desacreditado, no tiene la atención de las grandes bodegas ni de la crítica.
Pero el vino es para beber, y este vino se bebe.
No es un rosado al uso, con un color todavía bastante intenso (algo subidito), y una nariz fresca de intensidad media-alta; muestra las características de una variedad que siempre fue santo y seña en la elaboración de los tradicionales "claretes". Pero esto no es un "clarete", el vino tiene estructura de tinto, y frescura de blanco.
A mi me ha sorprendido y gustado.