Qué dulce!

Amarillo dorado pálido, limpio y brillante.

En nariz es diferente. Uno espera esas notas de albariño y lo primero que me encuentro son albaricoques maduros, casi incluso orejones. Después de la confusión que me provoca esta entrada sensitiva tan dulzona, percibo flores marchitas, mandarinas, tarta tatin e infusiones. Al final, algún tímido mentolado.

En boca tiene una buena acidez que mitiga el dulzor que desprende, y digo mitiga, no neutraliza, con lo que resulta muy dulce todavía para mi gusto. Pese a ello es relativamente fresquito, graso pero ligero y notablemente persistente.

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