Botella que aparece olvidada en un trastero en casa de mis suegros. No creo que haya tenido una buena conservación. Tras dejarla reposar unas semanas del viaje me decido a abrirla.
A simple vista no se aprecian perdidas, y quitada la capsula el corcho no tiene mala pinta. Entro el sacacorchos con facilidad y al sacarlo, solo sale desecha la parte central, estando los bordes pegados a la botella. No me ha quedado más remedio que coger un colador y verter el contenido lentamente en un decantador. Botella abierta 3-4 horas antes de consumo.
Lo primero que me sorprende del vino es el color, ya que había abierto alguna otra botella totalmente marrón. Color cereza apagado, con el ribete tirando a teja, y capa baja.
En nariz no lo noto muy expresivo, aunque se ha abierto un poco con el tiempo. Nariz floja, y ligera, recuerdos a fruta muy madura y pasas.
En boca me ha gustado más que en nariz. Muy suave, sedoso, y me ha sorprendido su acidez. Persistencia media.
Un vino que no más de si, pero que ha cumplido bien, más cuando mis expectativas iniciales se conformaban con que no acabase en el fregadero. Vino que si bien no destaca, se podía beber perfectamente.
El vino con más edad que he probado hasta la fecha y no me ha disgustado, más teniendo en cuenta que no estoy seguro de su conservación y que las ultimas cosas de había probado de la bodega no me convencen mucho. Habrá que ir probando las botellas que he encontrado a ver si se salva algo.