Añada triste, vino feliz

Rojo rubí, ribetes rojizos, capa media.
Nariz de buena intensidad, primaria, con expresión frutal y floral. Tras una ligera reducción inicial, el vino se muestra más limpio y frutal que otras añadas, menos complejo y cambiante, más fácil de leer pero sin perder ese mínimo fondo terroso, mineral y especiado que siempre le caracteriza.
En boca es grácil, frutal, vertebrado por una magnífica acidez, de paso redondo y con cierta profundidad, dejando en el final un recuerdo frutal y mineral, con un tanino que muestra un mínimo verdor pero que acaba dejando su huella. Buena persistencia. Vino de consumo más inmediato.
Complicados los 08 de Lafarge, añada triste, granizo, meteoros adversos, pero el maestro deja siempre su huella y tenemos un vino que muestra igualmente su encanto, algo menos esquivo y más directo pero siempre encantador. Sin ser nuestro favorito sigue siendo grande. Unos 65 euros.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar