Con estupenda evolución

Vista: Limpio y brillante, de color amarillo dorado, con densa lágrima.
Nariz: De buena intensidad, franco, con personalidad, interesante. Buena armonía en los aromas de fruta y crianza. La fruta muy madura está acompañada de toques de mantequilla, vainilla, especias dulces, recuerdos finos de la crianza y que, en su evolución en copa, adquieren intensidad, golosidad y fragancia. Esta nariz ya nos predispone a pensar su importancia en boca.
Boca: Tiene buena entrada, sabrosa, untuosa, con estructura, de paso sedoso, redondo, fina cremosidad, con toque amargoso, seco, con el recuerdo de la crianza, de acidez muy acertada y un final que compendia todo ello y que tiene una buena persistencia.

Un vino, sin duda, pensado y creado para acompañar una comida de cierta importacia, que se desenvuelve perfectamente con platos elaborados y contundentes (nosotros lo pusimos a prueba con una tortilla con callos madrileños y fue todo un éxito). Es un vino de una nariz de las que seducen a los que gustan de vinos blancos con crianza y que gustativamente es cremoso, con clase y armonía.
Su precio ronda los 18 euros.

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