Le metemos mano a un toro elaborado con cepas de más de 90 años. Nos sorprendió su grado alcohólico, 13,5 %, que ya es difícil encontrar en muchos vinos, menos aún en Toro. 20 meses de barrica de roble francés. Esperábamos un torazo, un mihura y nos encontramos con un toro fino, pero rico rico.
Rojo picota intenso, casi opaco, lágrima densa, limpio y brillante.
Intensidad aromátia media-alta, muy expresivo, fruta negra, tostados de calidad, torrefacto y especiado, rico y evolutivo. Buena nariz.
Pado de boca gustoso, graso, equilibrado, tanino maduro, recuerdo medio y retronasal a tostados. Muy fino, sin la rusticidad de un Toro, muy moderno, en cata a ciegas podría pasar por un rioja de nuevo cuño, lo que me ha sorprendido gratamente.
Precio sobre los 11 €, muy buen precio.
Picota violáceo cubierto. Nariz de buena intensidad, expresiva, con recuerdos a hierbas aromáticas y fruta roja. En boca tiene buen ataque, resulta fresco, con buena fruta, taninos presentes, dulces y pulidos, largo y equilibrado.
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