Largas crianzas en el Bierzo.

Botella abierta y decantada con una hora de antelación.
De color rojo picota de capa alta, ribete violáceo y lagrima densa que tiñe abundantemente la copa.
En nariz se muestra con una alta intensidad, fruta negra madura, tostados, ahumados y torrefactos, maderas finas, lácteos, vainilla, regaliz negro y notas balsámicas bastante potentes.
En boca tiene una entrada potente, tánica, con muy buena acidez y con un postgusto muy largo, con recuerdos tostados, de fruta madura y de cierta sensación mineral al final.
Un vino casi intacto, al que esos 24 meses en barrica y esa viva acidez le auguran una larga vida.

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